viernes, 23 de enero de 2015

Consejo Nº10 parte 1 - (¡Callate y Baila Conmigo!)

Consejo Nº10:
Trabaja con tu cuerpo, no en contra de tu cuerpo.

Fernanda



La ducha que tomé hoy en la mañana había sido clarificadora.

Jamás había pensado en esto, pero las duchas son increíbles en realidad. Te hacen sentir muy bien y limpia, te hacen sonar como una cantante profesional, y como si fuera poco te ayudan a tomar todas las decisiones de la vida. Bueno, no de la vida en general, pero algo es algo.

Fue exactamente así: Entré en la ducha y salí con un plan detallado de cómo solucionar todos mis problemas.

Solo necesitaba encontrar a Alex y decirle que aunque ya no me estaba dando clases eso no quería decir que debíamos dejar de ser amigos y hacer las mismas cosas que solíamos hacer. Aun podíamos salir a trotar los fines de semana y hablar en los recesos como antes. Eso no tenía porque cambiar.


No había visto ni hablado con Verónica aunque se suponía que había llegado ayer en la noche, pero sabía que ella junto con todo su curso iba a ir a visitar a un par de universidades como lo hacen los últimos cursos en este periodo. Así que no me cuestioné cuando no la vi en ninguno de los recesos.

Estaba casi asustada de que no pudiera ver a Alex antes de que acabaran las clases, pero en el primer receso mientras mi mente vagaba, logré ver su cabello castaño claro entre medio de todos los niños en medio del patio.

Sonreí y comencé a caminar hacia él. Sentí como si mi estomago se retorciera sobre sí mismo, pero intenté lo mas que pude aplacarlo. Era una sensación extraña, pero no del todo mala.

Estaba a unos cuentos pasos de él cuando al fin pude verlo completamente. Estaba apoyado en un pilar de espaldas a mí con la cabeza un poco ladeada de forma que podía ver perfil. Su mandíbula bien definida con una sueva sombra en su barbilla. ¿Por qué nunca me había dado cuenta de la forma en la que lucía su mandíbula?

Sacudí la cabeza con una sonrisa por dejar que mi mente vagara de esa manera.

Estuve a punto de comenzar a correr cuando me detuve abruptamente. Mi corazón dejó de latir. Alex no estaba solo. Estaba hablando con una chica. Una chica de su grupo de baile. Recordé como había sentido una pizca de celos cuando la vi bailar frente a todos con tanta naturalidad.

No recordaba haber visto a Alex hablar con alguna chica que no fuera Verónica y los nudos que había sentido antes en mi estomago se deshicieron dejando una especie de agujero en su lugar.

Él le sonrio y entonces se acercó para tomar su mano. Parecían muy cercanos. Recordé haberle dicho a Alex que debería conocer a más personas y salir con chicas para disipar los tontos rumores que se habían propagado por el colegio.

—  No me importa lo que digan – Había dicho —  Voy a salir con alguien porque me gusté y no solo para que no hablen mas de mí.

Él tenía razón, por supuesto.

No debería importar lo que las personas pensaran sobre ti. 

Pero entonces… esto quería decir que a él le gustaba esta chica.

Retrocedí lentamente unos pasos cuando él comenzó a acariciar su mano con los dedos de su mano libre mientras le decía algo que no pude escuchar por encima del murmullo del patio y entonces eche a correr hacia el baño.


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