martes, 11 de agosto de 2015

Capitulo 11 - Sebastian - #2.5 ¿Solo un beso?

Tres Cosas
Sebastián - #2.5 ¿Solo Un Beso?Cuando llego a casa esa tarde, a Carmen solo le hace falta darme una sola mirada para saber que algo no anda bien. Sus ojos se arrugan con preocupación en cuanto me ve cruzar la puerta de entrada.

— ¿Sebastián? — Mi nombre sale como una pregunta de sus labios. Su rostro ensombreciéndose mientras más me mira — ¿Estás bien?

Evito su mirada y paso a su lado. No quiero hablar de esto. No quiero hablar de nada. Solo quiero estar solo.

— ¡Sebastián!

Subo corriendo las escaleras ignorando sus gritos, no quiero que sienta lastima por mí. Esto me lo hice yo mismo. Tengo que lidiar con las consecuencias.

Cierro la puerta con un portazo cuando logro llegar a mi habitación. No estoy preocupado de que mi padre lo haya escuchado. Debe estar en uno de sus tantas cenas de negocios. Ni siquiera sé a ciencia cierta si de verdad se trata de eso o si solo es una forma de decir que está fuera cenando con otras mujeres. Pero no importa. Él no está aquí. Nunca está aquí. Solía molestarte cuando era más pequeño, pero ahora solo me siento aliviado cada vez que llego y él no está. Como un peso invisible levantándose de mis hombros. 

Me quito la ropa y me meto en la ducha, esperando que el agua barra todo lo que estoy sintiendo. Me quedo allí hasta que mis piernas casi se adormecen por haber estado tanto tiempo en la misma posición sin moverme. 

Me digo que estoy siendo ridículo, que es solo una chica. Pero todo dentro de mí sabe que eso es mentira. 

Solo me pongo un pantalón y me dejo caer en mi cama. 

Me quedo allí el resto de la noche. Ni siquiera me duermo. Solo me quedo mirando el techo de mi habitación. Pensando, solo pensando. Recordando todas las veces que miré a Rose y que sin embargo no la vi. Todas esas veces en clases, un moño alto en su cabeza cada vez. Su espalda recta, prestando atención a clases, a todas las clases. Ella es la clase de chica que una madre quiere para su hijo. Alguien que no te distraiga de los estudios. 

Pero ella sería un complemento perfecto de los dos. 

Lo seria para mí. 

No salgo de mi habitación hasta casi al atardecer del día siguiente, aunque Carmen amenazó a través de mi puerta con derrumbarla si no bajaba a comer algo. 

Odio preocuparla, pero no quiero que me pregunte qué está pasando, no necesito eso en estos momentos. Tal vez nunca. 

Me quedo esperando hasta que ella finalmente se va para salir de la habitación. Me pongo una camiseta blanca encima del pantalón, pero dejo mis pies descalzos. 

Estoy por ir a buscar algo de beber cuando el timbre de la puerta suena. Me quedo un segundo entero parado, inseguro de que hacer. Nadie toca el timbre. Nunca. Las personas que trabajan aquí tienen llaves, y los chicos golpean la puerta como animales cada vez que vienen. Aunque después de lo que pasó antes de ayer es casi imposible que sea cualquiera de ellos. 

Miro por el vidrio al lado de la puerta y mi estomago se contrae cuando la veo allí. Su mirada lejana como si estuviera sumida en sus pensamientos. Dudo unos segundos que se sienten como una eternidad y finalmente abro la puerta con un largo suspiro. 

— ¿Qué haces aquí? — Digo mirando por encima de su hombro intentando que su proximidad no me afecte. 

Su voz es suave, pero determinada — ¿Puedo pasar? 

Puedo sentir sus ojos en mí y no creo que pueda soportarlo mucho más. No así — No creo que sea una buena idea. 

— Por favor, solo será un momento. 

No creo que pudiera decirle que no aunque lo quisiera. Fuerzo el aire sobre mis pulmones y sin mirarla me hago a un lado para que pueda pasar. Su aroma me envuelve mientras pasa a mi lado. Cierro mis ojos un segundo para recuperar la compostura y me doy vuelta para mirarla. 

Ambos estamos en silencio unos segundos. Y cuando empieza a hablar me toma un momento saber de que está hablando, diciendo que yo tenía razón, que encajamos juntos, que es natural y fácil, que estaba asustada, que había pensado que se estaba volviendo loca así que había mentido sobre no sentir nada la primera vez que nos besamos. 

—... Y mentí sobre... 

No la había mirado en todo el tiempo que dijo todas esas cosas, pero en el segundo en que se detiene para tomar aire como si necesitara todo lo que pudiera reunir para decir sus próximas palabras, no puedo evitar que mis ojos se ajusten a ella. Viendo como parece totalmente nerviosa por lo que va a decir. 

—... Tener novio — Dice finalmente. 

Incapaz de procesar lo que está diciendo, mis ojos escanean su rostro en busca de alguna pista, algo que me ayude a comprender lo que está diciendo. 

— ¿De que estas hablando? 

La veo tomar un gran respiro nuevamente. Sus ojos evitando mi mirada mientras deja salir todo en un suspiro. 

— Cristian — Responde — El nunca fue mi novio. 

— No entiendo. 

— El día en que nos viste en el local era el primera día que yo lo veía. 

El solo acordarme de ese día hace que mi mandíbula se tense — Pero yo lo vi — Digo intentando entender lo que está diciendo — Te estaba mirando como si fueras de él. 

Ella me mira fijamente. Sus ojos suplicando. Me dice que él solo le estaba coqueteando, que lo iba a mandar a volar, pero que entonces llegué yo y pensó que la dejaría en paz si pensaba que él era su novio, que no terminaría siendo una de mis fans. 

— ¿Mis fans? — Repito confundido. 

— Si, ya sabes. Todas esas chicas que andan detrás de ti suspirando por los rincones. No quería ser una más. 

No sé qué decir ante eso. Repito todo lo que ella ha dicho dentro de mi cabeza. Ella no era novia de ese tipo. Nunca lo fue. Paso mis manos por mi cabello, básicamente desordenándolo, y de alguna manera el peso que había sobre mis hombros se desvanece. 

Pero solo basta un segundo para que todo lo que pasó ayer se reproduzca en mi mente y sé que no importa. No ahora. Todo mi cuerpo se tensa nuevamente — Eso ya no importa. 

Espero que con eso se vaya. Que retroceda y se dé la vuelta, pero ella se queda allí. Mirándome. Puedo sentir sus ojos en mí casi como un toque. 

— ¿Por qué golpeaste a Miguel? — Pregunta suavemente. El solo escuchar su nombre hace que mi enojo vuelva, pero no digo nada — Si fue por mi culpa, no tenias que... 

Dejo salir una risa dura — Ese idiota se lo merecía — Digo — Pero ahora entiendo porque seguías alejándote de mí, sabias que yo terminaría haciéndote lo mismo que él. 

Es lo que más me carcome por dentro. 

Ella me mira y sacude su cabeza con fuerza — Eso fue hace mucho tiempo, él fue mi primer beso. 

Mis manos se aprietan en puños ante su declaración. Si antes sentía una pizca de arrepentimiento por haberlo golpeado ahora todo se desvanece. 

Para un chico el primer beso no es nada, yo ni siquiera recuerdo quien fue la primera chica que besé, pero para las mujeres es diferente. Es importante. Y ese idiota arruinó el de Julieta. 

— Pensé que yo era especial para él, ya que él lo fue para mí, pero unos días después lo vi besando a otra chica de un curso superior — Sacude su cabeza y ríe sin humor como si estuviera preguntándose cómo pudo ser tan ilusa, pero aquí el único culpable es él. Ella no tiene la culpa de nada — Supongo que desde ese momento me volví un poco más cuidadosa en el departamento de los chicos — Continua. Me mira fijamente y el aire parece escapar de mi con la forma en la me está mirando — Pero tu me hiciste volver a creer otra vez. 

— No — Digo firmemente. Ella no puede creer eso. Sobre todo por lo de ayer — Tenías razón, tengo problemas. Me había prometido a mi mismo que no volvería a golpear a nadie más y entonces ¡Puf!, lo hice de todas formas. Mereces a alguien en quien puedas confiar, porque no puedes confiar en mí, no con todos mis problemas de ira. 

Lo que digo a continuación me mata pro dentro, pero tengo que decirlo. 

— Tal vez ese chico nunca fue tu novio — Tomo aire y fuerzo a las palabras salir de mi boca — Pero estoy seguro de que él sería perfecto para ti, mereces a alguien como él. 

El color escapa de su rostro, como si lo que dije le hubiera hecho daño de alguna forma y no puedo decir lo mucho que me odio por hacerle eso nuevamente. 

— No puedes saberlo — Dice con convicción. Sus ojos brillando con determinación — Y no puedes tomar esa decisión por mí. Yo confió en ti. 

Da un paso hacia mí, pero yo retrocedo. 

— No Rose, no lo entiendes, no puedes estar cerca de mí, aun tengo toda esta rabia dentro de mí que pensé que ya se había ido, pero aun está ahí. Tu misma lo dijiste el día de la fiesta. 

No sé si estoy intentando convencerla a ella o a mí mismo. Pero parece que no que no está funcionando en ningún sentido. 

Me quedo mirando por la ventana. No quiero mirarla porque toda mi resolución se va a hacer añicos con solo una mirada a sus hermosos ojos cafés. Meto mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, ambos apretados con fuerza dentro de ellos. 

Siento cuando da unos pasos y luego se para frente a mí. Pero aun así no la miro. La escucho dejar salir un suspiro largo y cálido que traspasa mi camiseta y obligo a mi cuerpo a no estremecerse. Luego sus manos van a ambos lados de mi cara y su contacto es tan fuerte que mi cabeza gira hacia ella de todas formas. 

Nos míranos a los ojos y su rostro se suaviza ante mí. Se acerca aun mas, hasta que nuestros cuerpos están totalmente conectados, y mi sangre hierve pero con un calor diferente al de la ira. Una de sus manos baja por mi rostro hasta que uno de sus dedos se arrastra por mi labio superior haciendo que mi respiración se atasque. 

Mis manos salen desde mis bolsillos, ya no tensos como antes y los poso suavemente en su cintura. Ella es mi propio calmante. Ella y nadie más — ¿Qué estas haciendo? — Me oigo preguntar. 

Sonríe y no estoy muy seguro de la razón hasta que su voz viaja hasta mi rostro — Hoy es el último día de la semana de amigos y... de nuestra apuesta. 

Oh, eso es lo que... 

Se eleva en sus pies y me besa. Deteniendo mis pensamientos. Ella solo roza mis labios, pero es suficiente para mandar mi corazón a un ritmo desenfrenado. 

Quiero responder su beso. Desesperadamente. Pero obligo a mis labios a quedarse quietos. Los dedos de mis manos apretándose sobre su cintura fuertemente. 

Cuando se aleja me quedo mirándola no entendiendo lo que eso significa. ¿Fue un beso de despedida? 

Me mira firmemente unos segundos. Entonces su rostro se arruga y cruza sus brazos sobre su pecho haciendo una mueca — ¡Pffff! Ahora voy a tener que ir a una cita contigo. 

Mis labios se estiran en las esquinas, pero me detengo a mi mismo de sonreír porque aun no sé si esto es lo correcto — Rose, no creo que... 

Su dedo se eleva y se posa en mi boca para impedirme seguir hablando. — Shhh... Será mejor que no sea en una montaña rusa porque sabes que les tengo terror y no quiero morir tan joven. 

Sonrio ampliamente. La felicidad envolviéndome como una cálida manta. 

Ella me sonríe devuelta. Esa sonrisa que malditamente amo. 

— ¿Estas segura? — Pregunto por última vez, porque después de esto no hay forma en la que vaya a dejarla otra vez. No pienso separarme de ella en un largo, largo tiempo. Así que es mejor que se aseguré de lo que está diciendo. 

— Estoy segura — Envuelve mi cuello con sus brazos y voy hacia ella sin pensarlo. La quiero conmigo ahora. Su cálido cuerpo contra el mío. Su cabello cepillando mi mentón. 

Nos quedamos unos minutos así, simplemente en los brazos del otro. Podría quedarme así para siempre sin aburrirme. No necesitábamos llenar el silencio con conversación. 

— ¿Así que...? 

Pregunta ella de repente. Arrugo el ceño con su pregunta inesperada y la suelto un poco para poder mirarla bien. 

— ¿Así que, qué? — Pregunto confuso sacando una mano de su cintura para poder apartar un mechón de su cabello fuera de su rostro. 

— ¿Qué vamos a hacer ahora? 

Oh. Finjo pensar en ello y luego pego una sonrisa maliciosa en mi boca — Umm, se me ocurren un par de cosas. 

Me golpea en el pecho con fuerza. Una sonrisa en su rostro y dos manchas rosadas en sus mejillas — Cállate. 

La acuno contra mi pecho y susurro en su oído — En estos momentos solo quiero hacer tres cosas. Mirarte, abrazarte — Pongo un beso en su suave cabello y sonrio — Y besarte. 

En estos momentos sé que es verdad, que todo lo demás puede esperar mientras estemos juntos. Que haré lo que sea necesario para que ella no se arrepienta de confiar en mí.

FIN 

 *** Hey Chicas!!!, perdón por la tardanza, pero estaba arreglando algunas cositas. De todas formas, queria agradecerles a cada una de ustedes por seguir la lectura y decirles que espero que este domingo o el miercoles a mas tardar esté listo el PDF, el cual vendrá como ya habia dicho con un adelanto del tercer libro y con algunos capis que no habia publicado en el blog ^.^

Gracias otra vez, xoxoxo <3

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#2.5 ¿Solo un beso?

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