sábado, 21 de marzo de 2015

Consejo Nº13 (¡Callate y Baila Conmigo!)

Consejo Nº13:

Elimina los pensamientos negativos




Resulta que Verónica tenía razón. 

No sobre Alex, claro.

Sino sobre Marco.

Él intentó besarme unos días después, salvo que esta vez ambos estábamos en el pasillo con un montón de personas alrededor caminando hasta su próxima clase.

Estábamos parados cerca de la pared para no interferir con los demás, hablando porque él tenía que terminar un trabajo y no íbamos a poder quedarnos a ensayar.

Alex apareció en mi campo de visión y me quedé mirándolo como una tonta. No quería hacerlo, juro que no, pero siempre que él estaba allí me costaba un montón de energía no mirarlo, mis ojos parecían tener mente propia. 

Mientras más evitaba verlo más me lo encontraba en cada pasillo del colegio.

Era escalofriante.

Marco giró su cabeza hacia donde estaba mirando y entonces sus ojos brillaron cuando volvieron a los míos. Apoyó su mano sobre la pared al lado de mi cabeza y entonces su rostro se acercó al mío rápidamente, pero en cuanto me di cuenta de lo que iba a hacer di vuelta mi cara haciendo que su beso aterrizara en mi mejilla.

Era como si quisiera que Alex nos viera y no podía entender por qué. 

No recordaba que Alex me hubiera dicho algo sobre alguna disputa con él, ni siquiera lo había oído decir algo malo sobre Marco mientras yo hablaba de él sin parar en nuestras primeras clases.

Él solo se quedaba allí escuchándome y ni una sola vez vi su expresión contraerse cuando oía su nombre.

De acuerdo, tal vez solo estaba alucinando porque todo eso era bastante absurdo.

—  Uh, tengo que ir a buscar a Vero — Me escabullí debajo de su brazo y escapé lejos de Marco.

Sabía que había dicho que iba a intentar ver lo que estaba pasando con Marco, pero no podía hacerlo justo en ese momento. No con Alex allí mismo. Me sentía… demasiado consciente de mi misma.

Por suerte la puerta de la sala estaba abierta por lo que pude entrar y sentarme en uno de los primeros asientos.

Saqué mi celular y me puse los audífonos.

Tenía un montón de canciones en mi memoria SD, pero escuchaba aproximadamente el 15% de ellas, las otras no las borraba porque siempre pensaba que iba a querer escucharlas algún día...

Subí el volumen y me detuve cuando una canción en particular empezó a sonar.

Era Melodies de Madison Beer, la canción que tenía para cuando me llamaba Alex y al instante mi pecho se apretó.

¿Cuándo se iba a terminar este sentimiento?

 ...

Quería que se terminara ese sentimiento.

O al menos olvidarlo.

Así que lo intenté.

Intenté concentrarme en el baile. 

Y en Marco.

Por las próximas semanas dejé que pusiera su mano en mi espalda cuando hablábamos con alguien más, que me acompañara a casa casi todos los días, y que me llamara Fer delante de otras personas (Aunque Vero fruncía el ceño cada vez)

Deje que hiciera todo eso…

Y se sentía total y absolutamente incomodo, más que incomodo. De hecho, estaba lo incomodo y luego estaba eso.

No podía relajarme ni un solo segundo. Siempre estaba super híper consiente de mi misma.

Y estaba empezando a sentirme culpable. Quiero decir, yo hice esto, me esforcé para que él me notara y ahora que lo había hecho no podía obligarme a sentir la más pequeña mariposa en mi estomago.

Lo único que quedaba eran los nervios. Creo que eso era lo único que llenaba mi cuerpo los últimos días. Nervios de que él quisiera besarme otra vez ¿Lo haría? ¿Y qué haría yo cuando lo hiciera? ¿Lo besaría devuelta solo porque se suponía que debía hacerlo?

Dios, esto me estaba exasperando.

¿Cuándo se había vuelto tan complicado?

¿O solo yo lo estaba haciendo complicado?

 ¿Dejaria de hacerme preguntas en algún futuro próximo?

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