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MALDITO
Estoy maldito.
Esa es la única razón por lo que esto me está pasando. Me está matando.
Ayer la vi con su novio. No sabía que tenía un novio. Devané mis sesos en un intento de poder recordar haberla visto con alguien antes, si la había oído hablar de ello, pero no pude recordar nada.
Me había dicho a mi mismo que ya no iría al local en el horario en que ella estaba trabajando. No después de darme cuenta de que ese beso obviamente no la había afectado de la misma forma que a mí.
Porque a mi si me afectó.
Demasiado.
Y solo pude darme cuenta ese día en que nos encontramos inesperadamente en el local y en lo único que había podido pensar era en lo mucho que quería besarla nuevamente.
Sabía que tenía que mantenerme alejado, pero no pude refrenarme de volver para torturarme-básicamente- con la vista de ella con su "noviecito".
Si, ya sé que estoy siendo despectivo.
No te fijes, suelo hacerlo cuando estoy de mal humor.
De todas formas, antes de que llegara su "novio" estuve allí todo el tiempo que pude con esas chicas y ni siquiera escuché una palabra de lo que dijeron. Estaba demasiado concentrado en Rose y no pude resistir ir a hablar con ella. Fue como si mis pies tuvieran mente propia.
Y cuando ella me habló de mis "citas" que me di cuenta de que estaba molesta por eso. Pensé en ese momento que tal vez ella solo había estado fingiendo el día anterior y que en realidad estaba tan afectada por mí como yo por ella.
Pero la felicidad terminó de inmediato cuando la vi con ese tipo.
Ella le sonrió tan grande cuando se despidieron que pensé que podría hacerle daño a sus mejillas. Solo podía pensar en que jamás la he hecho sonreír. Ni una sola vez.
No sé porque parecía tan importante, pero lo era.
Quería hacerla sonreír, ver sus ojos brillar y saber que era por mí.
Aprieto mis manos en puño por ser tan imbécil.
El solo hecho de pensar en ellos juntos, de sus hermosos labios sobre los de ese idiota me han ganas de tirar algo.
¡Maldición!
Estoy dando vueltas en el estacionamiento como un loco. Tal vez lo estoy. Mi estomago gruñe, pero no puedo comer aquí en el local. No hay forma en el infierno que pueda verlos juntos de nuevo y no arremeter contra él.
Tuve que detenerme ayer de hacerlo. No había escuchado nada de lo que habían estado hablando, pero pensé verla incomoda mientras hablaba con él y estúpidamente pensé que la estaba haciendo pasar un mal rato.
Conduzco hasta un pequeño local al que suelo ir cuando quiero comer comida casera y pido lo primero que veo en el menú. Sé que no lo disfrutaré. Solo quiero tener algo en mi estomago y eso es todo. Mi mente no deja de atormentarme ¿Cómo demonios no sabía que ella tenía novio?
No puedo dejar de recordarla riendo con él. Solo quería golpearlo hasta que se alejara de ella. Y mi estomago dio un vuelco ante el pensamiento. Sabía lo que significaba.
Estaba celoso.
Jamás en toda mi vida había estado celoso de alguien. Y eso me hizo enojar.
De repente yo quería ser él. Quería llevar a Julieta al cine, comer juntos, hacerla reír. Dios, ¿Qué me estaba haciendo esta chica?
Pongo el dinero de la cuenta en la mesa y me paro para ir al baño. Necesito echar un poco de agua en mi cara. No sé que voy a hacer. Sé que ayer la lastimé cuando le dije que estaba demasiado borracho cuando nos habíamos besado y que apenas podía recordar a quien estaba besando.
Por supuesto que era mentira. Ella me había herido y quise herirla devuelta. Las palabras solo habían salido de mi boca y después no pude retractarme.
No había bebido ni siquiera una gota. Hace tiempo que había terminado con eso.
Tomo un profundo respiro y salgo del baño solo para chocar contra alguien. Mi pecho se aprieta cuando inmediatamente reconozco su aroma. Me he hecho adicto a él, sobre todo al olor de su cabello. ¿Cómo hace para que huela tan malditamente genial todo el tiempo?
Ella no me mira mientras pronuncia un - Oh, lo siento.
Parece avergonzada. Puedo ver sus mejillas sonrojándose y un calor se arrastra hasta mi corazón con la vista.
- No lo sientas - Susurro cerca de su oído aspirando su olor - Lo disfruté mucho.
Su cara se levanta rápidamente ante esto y solo se me queda mirando. Fijamente.
- Buenas tardes Rose - Digo cuando me doy cuenta de que no va a hablar. Tal vez aun está enojada conmigo después de lo de ayer.
Su rostro se arruga con disgusto y sus labios se aprietan. Maldición, ¿Por qué siempre tiene que hacer eso?
Tiene que saber qué efecto causa en mí.
- Lo eran hasta ahora.
Sonrio. Ella tiene un don con las palabras.
- ¿Qué estas haciendo aquí?
Dejo que mi cuerpo tome el control y dejo a mi mente que me estaba gritando a un lado. No puedo hacerle caso en este momento cuando ella está tan cerca.
- Estaba pensando - Digo casualmente - ¿Recuerdas lo que pasó en la fiesta de fin de año?
Sus ojos se estrechan y mi mirada vuela hasta ellos. Son realmente del más profundo marrón. Como el chocolate derretido. ¿Cómo es que jamás me había dado cuenta de eso?
- Intento no hacerlo, además creí que estabas demasiado borracho como para saber a quién estabas besando.
Ella no tiene ni idea. Sabía tan bien a quien estaba besando como sabia mi propio nombre.
- Bueno, ahora no estoy borracho así que estaba pensando en que podríamos repetirlo
Ella rueda sus ojos- Prefiero que la puerta de un auto aplaste mi lengua.
- ¡Ouch! - Digo arrugando mi frente. Esta chica si sabe cómo hablar. Involuntariamente mis ojos se dirigen a sus labios que están tan cerca de mi cara y me muero por hacer exactamente lo que dijo en vez de una maldita puerta.
Sonrio- Yo podría hacer eso y seria mucho menos doloroso
Inspira profundamente y mi cuerpo se acerca al de ella sin mi permiso. No puedo evitarlo. Estoy rodeado de ella. Su olor, sus labios, sus palabras. Amo cada palabra que sale de sus labios.
Me inclino un poco hasta que nuestros labios casi se tocan.
- ¿Qué estas haciendo? - Pregunta en voz baja. Ojala pudiera saberlo. No puedo alejar mis ojos de sus labios, pero puedo sentir los de ella en mí.
- No lo sé... - Me acerco aun mas y mis labios hormiguean por su toque.
- ¿Qué está pasando acá?
No me muevo, pero Julieta se echa para atrás al escuchar esas palabras. Observo cómo él se acerca a ella y pasa un brazo por su cintura. Mis músculos se tensan.
- Debemos irnos Julie - Dios, odio como su apodo sale de su boca - Le dije a tu mamá que te llevaría a casa temprano.
Quiero golpear algo. Mucho mejor si es su estúpida cara de niño bueno. Julieta me echa un vistazo y solo la miro devuelta. ¿Qué haría si le pido que se quede? ¿Si solo la aparto de él? ¿Se quedaría conmigo?
Pero no lo hago.
Solo dejo que él se la lleve lejos de mi.
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