Rechazado
No creo haber estado alguna vez tan emocionado y ansioso en... diablos, demasiado tiempo.
Anoche fue una noche para recordar.
Ni siquiera fue algo premeditado. Claro, ya había terminado con lo de permanecer alejado, pero verla en ese bar fue algo totalmente fortuito.
Llamé a los chicos para ir a pasar el rato y festejar — Para mí mismo — Que finalmente había aceptado que nada mas importaba salvo lo que sentía en ese momento. Y entonces allí estaba ella.
Y todo lo demás simplemente fluyó.
Estaba realmente esperanzado con que todo iba a funcionar al final. Confiaba en nuestra conexión, y en todo lo que habíamos vivido en estas pocas semanas.
Mientras estábamos allí sentados lado a lado, la música sonando distante a mis oídos, solo podía escucharla a ella. Solo podía verla a ella.
No sabía dónde estaba Sofía. Seguramente vigilándome desde algún lugar asegurándose de que no le hiciera nada a su amiga. Me gustaba eso, que alguien la protegiera tanto como yo quería protegerla. Puse mi número en su celular y sonreí cuando vi su cara al notarlo.
La verdad era que estaba como un idiota, pero no me importaba. Ella finalmente estaba allí junto a mí, sin escapar, al fin admitiendo — Aunque no en palabras — Que sentía lo mismo que yo. Y eso era suficiente por ahora.
Quería quedarme con ella toda la noche, hasta que amaneciera si eso era posible, pero tenía que irme temprano. Mi padre iba a llamarme en un par de horas al teléfono de la casa, no llamaba directamente a mi celular porque quería asegurarse de que estaba en casa temprano. Aun a miles de kilómetros él estaba empeñado en vigilarme.
La besé, profundamente, como si se me fuera la vida en ello y ver sus ojos abriéndose como si estuviera despertando de un sueño solo me dio más ganas de quedarme con ella más tiempo.
Pero tuve que irme al final.
Es por eso que ahora no puedo esperar a ver a Julieta. Apenas y pude dormir. Estuve pensando en un millón de cosas que podríamos hacer hoy. Sería una cita. Nuestra primera cita. Lo supiera ella o no. Y quería que fuera jodidamente genial.
La verdad es que jamás he ido a una cita antes, a las chicas les gusta seguirme y estar alrededor. Jamás invité a alguien a algún lado. Pero lo quiero hacer ahora.
Tan pronto como el sol aparece me visto rápidamente y llamo a Julieta. Su celular suena una, dos veces y entonces salta su buzón de voz.
¿Qué demonios?
La llamo otra vez, y ahora la llamada entra directamente al buzón de voz como si hubiera apagado su celular.
¿Ella había apagado su celular? ¿Lo había apagado cuando vio mi nombre en su pantalla?
Frunzo el ceño e intento llamarla nuevamente, pero es inútil. No contesta.
Intento tranquilizarme. Esto no significa nada. Tal vez solo lo apagó porque es muy temprano y ella aun había estado durmiendo. Y la desperté. Maldición. Soy un idiota.
Me acuesto nuevamente en mi cama diciéndome a mí mismo que solo dormiré unas horas más para llamarla cuando despierte.
Así que lo hago. Dejo mi celular a mi lado encima de la almohada por si ella me devuelve la llamada y me quedo dormido.
Como, profundamente dormido.
El hecho de que no he dormido bien en días por fin me alcanza y para cuando me despierto ya son pasado el mediodía. Reviso mi celular, pero no hay ninguna llamada perdida. Marco su número un par de veces más y cuando obtengo el mismo resultado salgo rápidamente de la cama y me dirijo inmediatamente a mi auto.
Conduzco hasta su casa. Lo hago tan rápido que apenas y me doy cuenta de que ya estoy allí. Apago el auto y me bajo rápidamente casi corriendo hasta su puerta, pero cuando ya estoy cerca me detengo por completo y tomo un gran respiro. Entonces toco con mi puño.
Cuando nada sucede lo hago otra vez y luego toco el timbre un par de veces más. Me pongo mas agitado con cada segundo que pasa, intento mirar por los ventanales pero nada llama mi atención. No hay nadie aquí. Absolutamente nadie.
Intento tranquilizarme, me siento en las escaleras donde hace solo unos días atrás estuve junto a Rose haciéndola reír y parece como si hubiera sido hace años.
¿Qué está sucediendo?
Mi pulso empieza a aumentar mientras los minutos pasan ¿Qué si algo le sucedió? ¿Qué si está en el hospital y...? Dios, no puedo pensar en eso.
Saco el celular de mi bolsillo e intento pensar que hacer.
Me hez realmente fácil conseguir el número de Sofía y es que al parecer casi la mitad del colegio está enganchado de ella. Me pregunto si ella lo sabe. Por la forma en la que se mueve diría que sí, pero uno nunca sabe lo suficiente sobre una chica como para decirlo.
La llamo y espero a que conteste. Ella debe saber algo, es su mejor amiga. Si hay alguien que pueda saber donde esta Julieta es ella.
— ¿Aló?
Ella suena cautelosa al contestar. Casi asustada, así que me apresuro a hablar antes de que me cuelgue.
— Sofía, es Sebastián. Escucha, estoy en casa de Julieta y parece que no hay nadie, ¿Sabes si salieron a alguna parte?
Está en silencio unos segundos antes de contestar — No, ella no me dijo nada. No creo que se haya ido sin decirme nada. Voy a llamarla y luego te aviso.
Cuelga sin que tenga la oportunidad de responder y me veo obligado a esperar. Podría irme pero no me muevo del lugar secretamente esperando que Julieta llegue de un momento al otro.
Alrededor de media hora después un auto rojo aparca detrás de mi auto y una mancha amarilla sale rápidamente y casi corre hasta donde estoy sentado.
Me paro y solo entonces reconozco a Sofía. Ella es todo lo contrario a Rose. Con su cabello rubio y sus grandes ojos azules. Son como el yin y el yang.
— ¡No me contesta! — Dice rápidamente. Parece angustiada, empieza a caminar de un lado al otro frente a mí como si no pudiera permanecer quieta ni un solo segundo — La llamé un millón de veces, y no contestó. También llamé a su casa, y al celular de su mamá, pero nada. Julie no se iría a ningún lado sin siquiera decirme.
Intento mantenerme calmado. Alguien tiene que hacerlo. Ella ya está suficientemente asustada por los dos — Tal vez solo se le olvidó decirte.
Se detiene y me da una mirada de muerte — Estuvimos juntas anoche todo el tiempo, ella me lo habría dicho — Entonces una mirada de horror se apodera de su rostro, se abalanza sobre mi y agarra mi hombros con fuerza— ¿Que si la secuestraron? ¡Los secuestraron a todos!, Oh Dios, ¡Un secuestro familiar! ¡Tenemos que ir a la policía!
Agarro su brazo antes de que llegue a su auto y la giro — Creo que es mejor que esperemos un poco. Yo también estoy preocupado, pero tenemos que permanecer calmados para esto. De todas formas la policía nos haría esperar.
Ella suspira profundamente y entonces se deja caer en la escalera — Si, tienes razón, voy a intentar llamar a su mamá nuevamente.
Me quedo parado frente a ella mientras vuelve a marcar, sus ojos cerrándose como si estuviera rezando para que alguien conteste, entonces su rostro cambia y se para de un salto para gritar por su celular — ¡Señora Ana! ¡Oh por Dios! ¿Por qué no contestaba? ¿Está bien? ¿Julie está con usted?
Libero el aire que estaba conteniendo, mi pulso disminuyendo al saber que están bien.
Sofía no se ve tranquila sin embargo. Ella empieza a caminar nuevamente de un lado al otro esperando unos segundos antes de empezar a gritar nuevamente.
— ¡¿Estas loca?! ¿Por qué no contestaste el celular? Fui hasta tu casa y no había nadie. Llamé a tu mamá pero tampoco me contestó. ¡Estaba a punto de ir a la policía a reportar un posible secuestro familiar!
No sé lo que está diciendo Julieta, pero solo hacer enojar a Sofía un poco más.
— Bueno, tendrías que haberme llamado para avisarme. Dios, casi me da un ataque al corazón. Sabes que soy demasiado joven para eso. Estoy muy enojada contigo. Ahora dime porque lo hiciste.
Ella solo escucha y entonces sus ojos se mueven hacia mí y me observa nerviosamente— Entiendo Julie, pero ¿Quieres que te diga la verdad? Creo que estas haciendo todo más difícil de lo que realmente es. — Suspira y entonces asiente— Si, está bien. Nos vemos. Sí, yo también.
Ella termina de hablar y baja su celular, me está mirando con lastima y realmente no puedo llegar a decir lo mucho que me molesta eso. Es la razón principal por la que nunca le dije a nadie lo que había pasado con mi mamá.
— Ella está bien – Muerde su labio inferior — Se fue con sus padres de vacaciones y me encantaría decirte donde pero no creo que sea mi responsabilidad hacerlo.
— Entiendo — No voy a negar que estoy enojado. Estoy mejor sabiendo que nada le sucedió, ni a ella ni a su familia, pero el que se haya ido sin decirme nada me hace sentir... no lo sé, rechazado.
¿Qué tan jodido suena eso?
— Lo siento, no te voy a mentir, tenía una idea completamente errada sobre ti y ahora sé que eres realmente una buena persona, y que eres bueno para Julie. Creo que ella solo necesita tiempo para entenderlo.
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